En este punto, la mayoría de las personas cree que deben beber alrededor de 8 vasos de agua al día. Y si bien esto puede ser cierto para algunos, en realidad podrías necesitar más o menos de 8 vasos al día, ¡y está bien! Cada cuerpo es diferente. Si las personas no consumen la misma cantidad de alimentos todos los días, ¿por qué se esperaría que necesites la misma cantidad de hidratación diariamente?
Al seguir la regla de los 8 vasos, podrías estar deshidratándote. Los síntomas de deshidratación incluyen boca seca, mareos, sed extrema y más. Aquí hay algunas formas en las que la deshidratación puede afectar tu bienestar, desde leves hasta severas:
Fatiga: Podrías pensar que no beber suficiente agua no es gran cosa, pero podría ser la razón por la que te has estado sintiendo cansado. La mayoría de las personas no asocian la fatiga con la falta de agua, pero sí, hay una conexión. Recuerda, el cuerpo humano está compuesto mayormente de H2O, por lo que es difícil que tu cuerpo funcione correctamente sin ella. El agua lleva nutrientes esenciales a tus células, dándote la energía para continuar con tu día.
Es probable que, si no estás bebiendo suficiente agua, sea porque no sabías que necesitabas más o te cuesta aumentar tu consumo diario. En el primer caso, lo mejor que puedes hacer es escuchar a tu cuerpo. Si sientes la boca seca o mareos en un día muy caluroso, mantén una botella de agua a mano para tener acceso fácil. Si no te entusiasma beber agua, hay varias formas de hacerla más agradable. Intenta agregar frutas como fresas o pepino para endulzarla, o agrega un poco de Isodrop para mantener tu hidratación y energía.
Aumento de peso: En primer lugar, no hay nada de malo en ganar peso siempre y cuando estés saludable. Sin embargo, si estás ganando peso y te preguntas por qué, podría deberse a la deshidratación. ¿Alguna vez te has preguntado por qué sigues buscando snacks pero no te sientes satisfecho? Puede que estés deshidratado. El cuerpo libera señales cuando tienes sed, y a veces esas señales pueden ser débiles debido a enfermedades como la adipsia.
Sea cual sea la razón de tu confusión entre sed y hambre, hay formas de mejorarlo. Un truco que podrías intentar es beber un vaso de agua antes de cada comida. Esto puede ayudarte a evitar comer en exceso y le avisa a tu cuerpo y cerebro que ya estás hidratado. Además, la deshidratación puede hacer que tu metabolismo se ralentice, al igual que otros procesos del cuerpo. Otro consejo es configurar alarmas para recordarte tomar agua, especialmente cuando estás ocupado trabajando. ¡Recuerda que el agua no sustituye a los alimentos, y es crucial acompañarla con una comida balanceada!
Complicaciones cardíacas: Según un artículo de UPMC, se ha encontrado que la falta de agua puede afectar el volumen de sangre en tu cuerpo y hacer que tu corazón trabaje más. Al latir más rápido, podrías sentir palpitaciones ocasionales. El corazón es lo que mantiene tu cuerpo funcionando, por lo que debes asegurarte de que tenga todo lo necesario para hacerlo correctamente. Dado que el agua ayuda a relajar los músculos alrededor del corazón y a que todo funcione sin problemas, es esencial consumir la cantidad adecuada de H2O, especialmente al hacer ejercicio. Añadir electrolitos a tu agua, como los de Isodrop, puede marcar una gran diferencia durante tus entrenamientos.
Podría ser útil llevar un registro de cuánta agua consumes y cómo te sientes a lo largo de la semana. Si descubres que beber 8 vasos de agua te hace sentir más saludable y renovado, sigue haciéndolo. Pero si notas problemas cardíacos o te sientes mentalmente cansado, aumenta tus objetivos de hidratación.
3 Maneras En Que La Deshidratación Afecta Tu Salud.